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Acidificación de los océanos en el Pérmico-Triásico y en la actualidad

Desde la aparición de los primeros microorganismos hace 3460 millones de años hasta la actualidad, la vida en multitud de formas diferentes ha poblado la Tierra. Desde entonces, su existencia a estado en peligro hasta en 6 ocasiones. Cabe destacar el fenómeno de extinción ocurrido durante la transición Pérmico-Triásico. Esta extinción, ocurrida hace 252 millones de años y que duró 60000 años, supuso una enorme pérdida de especies, con cifras que rondan un 70% de pérdida de especies terrestres y un 96% de las especies marinas.

Tabla de contenido

Proceso de Extinción del Pérmico-Triásico.

Varias hipótesis intentan dar respuesta a esta extinción: el impacto de un meteorito, intensa actividad volcánica y la liberación de gases de efecto invernadero atrapados en los fondos oceánicos. No obstante, estudios internacionales han podido constatar una acidificación de los mares en aquella época, debida a la liberación de CO2 a la atmósfera por un vulcanismo extremo.Esta acidificación, que duró 10.000 años, se produjo en dos fases: La primera emanación de dióxido de carbono fue de menor magnitud que la segunda. La basicidad de los océanos de aquel periodo amortiguaron con relativo éxito la variación del PH de las aguas.Se produjo un periodo de desaparición de especies seguido por una fase de recuperación leve. No obstante, la segunda emisión fue más intensa y continuada en el tiempo, lo que provocó una acidificación de los mares cambiando su composición química. Este periodo de extinción se caracteriza por una desaparición selectiva de los organismos: Se vieron afectados aquellas especies calcificadas, las cuales estaban más indefensas contra una variación del PH.Para llegar a estas conclusiones, los investigadores crearon un registro de alta resolución del PH del agua marina usando isótopos de boro y aplicando modelos cuantitativos. Para ello, analizaron rocas desenterradas que en aquella época se encontraban bajo el agua y que presentaban un registro detallado del cambio de las condiciones de los océanos.

Acidificación actual de mares y océanos

Las emisiones de gases de efecto invernadero por parte de las actividades del ser humano se producen a gran velocidad. La Tierra no es capaz de absorberlos mediante procesos naturales, de manera que las emisiones de CO2 han superado ya la barrera de los 400 ppm. Hacía 3 millones de años que la Tierra no tenía tales concentraciones, cuando la temperatura media era 2-3ºC más alta y el nivel del mar era 20 metros más alto que en la actualidad.

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Niveles de concentración de CO2 en partes por millones (ppm) a nivel global. Fuente: National Oceanic and Atmospheric Administration

Los mares y océanos del planeta absorben un 25% del dióxido carbono vertido a la atmósfera. Este hecho, que pudiera presentar una ventaja a primera vista, no trae consigo más que graves consecuencias:

  • El dióxido de carbono se disuelve en los mares y océanos del planeta formando ácido carbónico y acidificando las aguas. Con el aumento de la acidificación, la calcificación se ve disminuida, afectando a multitud de organismos marinos que dependen de este proceso en diferentes etapas de su ciclo vital. De esta manera, el agua se vuelve corrosiva para conchas, esqueletos y estructuras cálcicas de muchos organismos marinos, afectando su fisiología y reproducción. La desaparición de estos microorganismos que constituyen normalmente la base de la cadena trófica, supone un desequilibrio en los ecosistemas marinos. En último término afecta a la industria pesquera, generando pérdidas millonarias y poniendo en peligro la seguridad alimentaria de parte de la población, sobretodo en las zonas menos desarrolladas.
  • Algunas algas unicelulares como los cocolitofóridos presentan cubiertas de carbonato cálcico. Al morir caen al lecho oceánico y forman parte de los sedimentos. Este proceso natural constituye un mecanismo muy eficaz de eliminación del CO2. No obstante, si la acidificación les impide formar sus cubiertas o hace desaparecer a estos organismos, se elimina este mecanismo natural de eliminación del dióxido de carbono.
En color azul las aguas de superficie que propician la formación de carbonato de calcio y en rojo las aguas que son corrosivas para los organismos que se calcifican. En 2100, el 70% de los corales de agua fría estarán expuestos a aguas corrosivas.

Diferentes experimentos han mostrado que la acidificación de los océanos dificulta la calcificación de los corales. Los arrecifes de coral, además de constituir los ecosistemas marinos con más biodiversidad del planeta, juegan un papel muy importante en la protección de las costas, playas y manglares. Al situarse frente al mar abierto constituyen barreras efectivas frente a la fuerza del oleaje. Se ha demostrado que costas con arrecifes sanos tienen el doble de protección contra tsunamis que costas con arrecifes muertos. Debemos tener en cuenta también que son sustento de muchas comunidades pesqueras que dependen de las especies marinas que se encuentran en los ecosistemas asociados a los arrecifes. Además, muchas comunidades costeras dependen del turismo que generan los arrecifes de coral.

Medidas de actuación

Aunque se vea difícil igualar las ingentes cantidades de gases de efecto invernadero que generó el vulcanismo de aquella época, la velocidad de emisión es similar y por tanto resulta una opción acertada el estudio de este proceso de acidificación, tanto del pasado como del presente, para establecer medidas de prevención y mitigación de los posibles efectos. A nivel local se pueden llevar a cabo medidas para minimizar la acidificación de las aguas: Prácticas sostenibles de pesca con el objetivo de favorecer la resiliencia de los ecosistemas acuáticos; creación y mantenimiento de áreas marinas protegidas que permitan gestionar los ecosistemas vulnerables; control de la acidificación a nivel local producida por el dióxido de azufre y óxido nitroso mediante la reducción de las emisiones de estos contaminantes en las actividades humanas relacionadas; y control de las fuentes localizadas de acidificación causadas por los contaminantes y fertilizantes arrastrados por la escorrentía. La industria acuícola del marisco se verá amenazada en gran medida. Podría contribuir de forma positiva una evaluación de riesgos y el desarrollo de estrategias de adaptación y mitigación: reubicaciones de criaderos, selección de variedades resistentes a la acidificación y un control del agua de mar. No obstante, la emisión de CO2 a la atmósfera es la causa principal de la acidificación oceánica. A escala mundial la única opción viable de mitigación consiste en limitar las emisiones futuras de dióxido de carbono.