Albizia julibrissin, más comúnmente conocida como Acacia de Constantinopla. En realidad, no se trata de una acacia, pero su similitud con éstas le ha dado ese nombre.
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Características
Es un árbol de tamaño relativamente pequeño, cuya altura máxima es de 12 metros, sin embargo, en jardinería no suele sobrepasar los 7 metros. Es un árbol de pleno sol y caduco, por lo que en invierno estará desprovisto de sus grandes hojas compuestas. Ideal para nuestros jardines por su belleza, su poca exigencia en suelos y su resistencia a las sequías.
Cuidados
- Terreno: No exigente en lo que a tipos de suelos se refiere, pero prefiere suelos drenados y poco húmedos.
- Temperatura: Toleran bajas temperaturas aunque prefieren las altas y la plena exposición al sol.
- Poda: Ramifica a poca altura, es necesario podar los rebrotes del tronco para subsanar esta predisposición.
- Agua: Soportan periodos de sequía. Generalmente este árbol de adulto no necesita riegos. Si lo mantenemos en macetas aportaremos agua dejando que el sustrato se seque casi por completo entre un riego y el siguiente.
- Otras: Posee un tronco frágil cuando es joven, por lo que debemos ponerle un tutor en aquellas zonas donde habitualmente sople el viento.
- Floración: Florece en primavera, pudiéndose alargar hasta principios de verano.
- Fruto: Su fruto es una legumbre que madura en otoño, volviéndose de color marrón, y permaneciendo sujeta al árbol durante el invierno.
- Propagación: En primavera u otoño, mediante semillas. Es recomendable poner semilleros al sol desde el principio.
- Truco: Para lograr un mayor porcentaje de germinación: las pondremos en un vaso con agua hirviendo durante 1 segundo, y después 24 horas en otro vaso con agua a temperatura ambiente.